Hannya en proceso...

Buenas tardes a tod@s!

Esta siendo una semana de lo más ajetreada. Buscamos nuevos retos y nuevas máscaras que poder hacer. Por eso os mostramos a nuestro nuevo Hannya, que a pesar de no estar terminado de éste molde de escayola, pintado someramente para mayor muestra,  será de donde salgan las futuras máscaras. Deseamos que os guste y esperamos ansiosos vuestras opiniones.


Otanjōbi omedetō!

Tachaaaaaaaaaaan!!!!

Hoy es el cumpleaños de uno de nuestros integrantes, y desde nuestro espacio queremos desearte que pases un buen día. Muchas felicidades Luis.

Y hablando de cumpleaños, una de nuestras seguidoras nos ha hecho un gran regalo. Como recuerdo y constancia de nuestra visita al "Salon Manga" de Jerez, nuestra amiga María nos mandó este dibujo de nosotros en dicho lugar. ¿A que nos parecemos? XD. Muchas gracias María.


Salón manga de Jerez 2013


Muy buenas noches a tod@s. 

Sabemos que el salón manga ya paso hace unos días pero por visicitudes del destino hasta ahora no hemos podido subir las fotos que allí nos hicimos. Fue una tarde muy buena y conocimos a bastante gente interesada en nuestras máscaras, esperamos que muy pronto tengamos noticias de vosotros.
Nuestras máscaras os esperan.

Y para no demorarlo más tiempo aquí os dejamos algunas fotos de nuestra escapada a Jerez que nos hicieron amigos/conocidos.







Vendajes


Buenos días a tod@s!

Otra semana más os traemos una breve historia de terror japonés, esperamos que os guste ^^

Baku


Los baku (comedores de sueños) son seres de la mitología japonesa generalmente descritos como quimeras, con la cabeza de un elefante y el cuerpo de un león o con la cabeza de un león, el cuerpo de un caballo y la cola de una vaca y las piernas y los pies de un tigre. Alternativamente, estas criaturas pueden parecerse mucho a cerdos y su color varia desde negro a rosa.

Originalmente de China, por lo general se los describe como seres benignos y que se comen a las pesadillas y a los malos espíritus. 

El baku es muy famoso por su habilidad de devorar sueños, y puede ser utilizado por personas en el medio de pesadillas siniestras, después de lo cual la criatura consumirá la visión y la fortuna mala que lo contiene. Cuando alguien tiene una pesadilla, puede hablarle a Baku dentro del sueño y el la devorará.
A la noche siguiente solo hallaran buenos y reconfortantes sueños. Pero además de que es dicho también cazar los espíritus de la enfermedad y pestes.

La imagen del baku a menudo es mantenida por la cabecera como un talismán contra malos sueños y espíritus malos. Quizás es uno de los yokai más populares desde que los padres les dicen a sus niños que recen para que baku los proteja en los sueños.


Bajando el camino encontrarás lo que buscas




 Hola a tod@s.

Os recordamos que nuestra última máscara "Bayushi" busca dueño y para ello os la presentamos casadera como ella sola, algún pretendiente?










Máscara inspirada en JdR "La leyenda de los cinco anillos" llamada Bayushi 

[A LA VENTA]

Salón manga Jerez


Hola a tod@s^^

Como ya sabréis este fin de semana se realiza el salón del manga en Jerez y nosotros no nos lo vamos a perder...

Así que estaremos allí este sábado con nuestras últimas máscaras que tenemos a la venta a un precio muy especial, no os perdáis esta oportunidad.

Esperamos veros por allí, que disfrutéis el salón!


Hôichi el desorejado

Mucho tiempo ha pasado desde que se libró la batalla de Dan-no-ura en las gargantas del Shimonoseki (actual prefectura de Yamaguchi, Honshu). Una batalla cruel que enfrentó a los Heike o clan Taira y los Genji o clan Minamoto. La batalla fue tristemente recordada por que en ella se exterminó a los Heike, con sus mujeres y sus niños, incluso el pequeño emperador, Antoku Tenno. Desde entonces se decía que los fantasmas de los Heike pululaban por estas costas y en las noches cerradas se podían ver fuegos fatuos sobre las aguas del mar y si el viento soplaba con fuerza arrastraba amargos y terribles alaridos hasta las playas, pero peor era para aquellos que se aventuraban a salir a la mar en esas horas pues los fantasmas rodeaban las embarcaciones haciéndolas naufragar y arrastraban a sus tripulantes a las profundidades. Para aplacar las almas de los Heike las gentes del lugar construyeron el templo de Amidaji en Shimonoseki y junto a él un cementerio con monumentos funerarios en su honor (que hoy en día es uno de las atracciones turísticas del lugar). Gracias a esto y a las continuas plegarias de los sacerdotes los fenómenos se calmaron en gran medida, sin embargo de tanto en tanto se hacían notar.


Hace varios siglos vivió en Shimonoseki un muchacho ciego llamado Hôichi que a pesar de su ceguera tenía una gran habilidad para tocar la biwa (laúd japonés de y entre su repertorio destacaban las canciones dedicadas a la Dan-no-ura. Si Hôichi era reconocido por su destreza también lo era por su pobreza así que el gran sacerdote del Amidaji que era su amigo le invitó a habitar en el templo y a deleitarles con su música. Éste, por supuesto, aceptó encantado.

Una calurosa noche de verano el sacerdote tuvo que salir con un acólito para celebrar una ceremonia por un difunto que acababa de fallecer, dejando solo a Hôichi. Éste se sentó a tocar su biwa en el pórtico que daba al jardín del templo para soportar el calor mientras le venía el sueño. Sin embargo, al poco tiempo, oyó unos pasos fuertes acercándose por el jardín. De pronto, oyó una voz áspera y ruda que le llamaba por su nombre. Atemorizado contestó con premura. El recién llegado lo tranquilizó y le contó que era servidor de un gran señor que había venido a Shimonoseki con sus nobles, interesado por el lugar donde murieron los Heike, y habiendo conocido la destreza de Hôichi para entonar el canto del Dan-no-ura quería que les obsequiara con un recital.

Por los modales rudos y autoritarios de su interlocutor, Hôichi pensó que era un samurái (y en aquella época no era aconsejable ofender a un samurái) por tanto no se negó a acompañarle. Éste le llevaba a buen ritmo fuertemente cogido del brazo. No fueron muy lejos. Llegados al umbral del edificio una voz femenina le tomó de la mano y le pidió que la acompañara hasta donde su señor le esperaba. Suelos de madera entarimados, corredores de tatami, entrecerrar de biombos y los roces de la seda hicieron pensar a Hôichi que estaba en la mansión de una persona de alta alcurnia. Cosa extraña, pues el músico no recordaba que hubiese ninguna gran mansión cerca. Al llegar, una gran audiencia le esperaba, e inmediatamente una voz femenina que debía ser la Rôjo (una especie de encargada de celebraciones) le pidió que interpretara el drama de los Heike. Hôichi se sentó, tensó las cuerdas de su biwa y entonó la parte de “la batalla en el mar”, al final su audiencia lloraba de emoción y la Rôjo le cubrió de alabanzas pues su augusto señor estaba plenamente complacido, tanto que esperaba que volviese durante seis noches más, eso sí como quería guardar su anonimato en esas tierras, le pidió que nada contase de sus visitas.

El sol empezaba a despuntar cuando Hôichi regresó al templo, y así continuó las siguientes jornadas, dormía de día y acudía a cantar delante de aquellos nobles señores en la noche, todos los días iba el mismo samurái a recogerlo, y si los sacerdotes preguntaban, Hôichi nada explicaba o se excusaba con evasivas. Esta actitud hizo sospechar al gran sacerdote que inquieto por lo que pudiese ocurrirle a su amigo pidió a dos servidores que le siguieran la siguiente noche. Hôichi como todas las noches cogió su biwa y se encauzó rápidamente hacia el camino, los criados le siguieron pero era una noche oscura y muy lluviosa, y al girar el camino lo perdieron de vista. Lo buscaron con sus linternas por los alrededores pero nada encontraron. Al volver al templo por el camino de la costa, escucharon el tañido de una biwa que rugía violentamente desde el cementerio de los Heike. Extrañados fueron a ver qué ocurría, pero al llegar no podían creer lo que veían sus ojos, el joven ciego sentado ante la tumba de Antoku Tenno interpretando apasionadamente el poema del Dan-no-ura, y a su alrededor, una infinidad de fuegos espectrales revoloteando como pálidas velas en la noche oscura. Los criados al ver esta visión cogieron al ciego persuadiéndolo que les acompañara sin rechistar. Éste, embrujado aún, no podía creer su insolencia, mas llegado al templo y explicándole su amigo lo ocurrido, el miedo le hizo estremecerse y lo contó todo.

Ahora, Hôichi estaba bajo el influjo de los espectros y tanto si continuaba acudiendo a las citas como si las interrumpía acabarían matándolo. De este modo, el sacerdote y su acólito para que los fantasmas no destrozaran al ciego le trazaron por todo el cuerpo el Sutra Hannya-Shin-Kyô (que versa sobre la Doctrina de la Vacuidad de las Formas) y le dijo a Hôichi que aquella noche debía dejarle por un servicio budista pero él como cada noche debía sentarse en el pórtico en actitud meditabunda a esperar la visita espectral pero en ningún caso debía moverse o emitir sonido alguno, así el Sutra haría su efecto y los fantasmas no podrían verle, si conseguía pasar esa noche el hechizo se desharía.

Hôichi obedeció al sacerdote y se sentó en el pórtico. A medianoche, el samurái acudió al pequeño jardín llamando al ciego, pero este conteniendo la respiración no movió ni un ápice. La cólera del samurái aumentaba y cada vez gritaba con más violencia, la voz estaba tan solo a unos pasos pero parecía no ver a Hôichi que seguía sin responder. Entonces el samurái dijo:
- ¡No contesta, qué extraño! ¿Dónde estará el individuo?
Un silencio de muerte inundó el templo por varios minutos. Entonces cuando ya creía que todo había pasado, oyó estas palabras que le susurraban al oído.
- ¡Aquí veo su biwa! ¡Pero del ciego solo veo sus orejas! Por eso no podía contestar, porque no tenía boca. Pero yo debo cumplir la augusta orden de mi señor y si no está el músico al menos tendré que llevarle lo que queda de él.
En ese instante Hôichi sintió un tremendo dolor, sus orejas estaban atenazadas por unas manos de metal, y ¡rassss! En un instante las orejas desaparecieron, los pasos se alejaron, y un río de sangre corrió a ambos lados de la cabeza del ciego, pero éste no osó moverse.

Cuando el sacerdote regresó y vio a Hôichi en ese estado comprendió aterrado su error. Hôichi al oír la voz de su amigo que se lamentaba rompió en sollozos y entre gemidos de terror y dolor contó lo acontecido. El sacerdote había trazado el texto en el pecho y la espalda, labios, manos y piernas, en fin todo su cuerpo desde la cabeza hasta las palmas de los pies, pero había olvidado las orejas. Se lamentó profundamente, curó sus heridas y le aseguró que los fantasmas ya no le molestarían otra vez y así fue.

No obstante, su terrorífica experiencia se extendió por toda la región haciéndose muy famoso, centenares de nobles acudían al templo a escuchar su música y pronto se hizo hombre de fortuna. Y desde entonces se le conoció con el nombre de “Mimi-nashi Hôichi”

El hotel


Muy buenos días a tod@s.

Como cada nuevo ciclo trisemanal aquí os traemos una pequeña historia de terror japonés, esperamos que os guste ^^.

Amikiri

Es un yokai de la mitología japonesa. Se le encuentra en las masas de agua, especialmente en aquellos frecuentados por los pescadores. Son rápidos nadadores y como su nombre indica,"cortadores de redes", cortan las redes de los pescadores con sus pinzas de langosta. 

Son generalmente criaturas pacíficas que no se inclinan por atacar a los humanos a pesar de su apariencia bizarra. La apariencia general de un amikiri son las pinzas de langosta, cola de serpiente y cabeza de pájaro. 

Algunas investigaciones dicen que puede ser un animal pequeño y doméstico al igual que un perro o gato, pero otras dicen que es un ser del tamaño de un niño humano. Su habitat es exclusivamente en el agua y rara vez son vistos fuera de ella.

Algunos dicen que se pueden transformar en humanos por un período de tiempo limitado al estar sobre tierra. Pueden ser buenos amigos de aquellos que respeten la naturaleza y las aguas que fluyen en su corazón.