Existen dos
leyendas referidas a este ser, la primera y más común nos habla de una criatura
que representa en la forma de un niño y tiende a gravitar alrededor de
las lámparas, reclamando por aceite.
Siempre
aparecen acompañados de una o más bolas de fuego, posiblemente hitodama.
Con frecuencia
succionan aceite de la lámpara para moverse con mayor rapidez. Algunos dicen
que los aburakago son manifestaciones de ladrones de aceite, como fantasmas que
regresan a lo que eran sus hábitos diarios en la vida. Otros dicen que los
aburakago son totalmente distintos. Más allá de las opiniones una cosa es
cierta: los aburakago son misteriosos.
Existe otra
leyenda de una en la octava ciudad de Otsu
en Omi (” Afumi”) donde
relaciona la bola de fuego de este ser con una leyenda local. Los
habitantes dicen que en la aldea de Shiga había hace tiempo una persona que se
dedicaba a robó el aceite de las lámparas , sin respetar siquiera el aceite del
Jizo de la encrucijada de Otsu, pero cuándo murió esta persona su
alma se convirtió en una llama que vaga junto a las lámparas.
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