La leyenda de
los 47 Ronin, o de los 47 Samuráis, como también se la conoce, es una historia
real, muy conocida en Japón y una de las narraciones que mejor refleja el
código delBushido, la dedicación, sacrificio y entrega por el ideal de los
samuráis.
En Japón estaba
presente desde el siglo XII, el sistema de gobierno
del Bakufu oShogunato, y durante la Era Edo (1603 -1868),
el poder lo ejercía el Shogun Tokugawa. A inicios del siglo XIII, Tokugawa
Tsunayoshi gobernaba desde Edo (antigua Tokio), mientras que el Emperador, que
vivía en Kyoto, era solamente una figura representativa sin prácticamente
ningún poder político.
Para mostrar
respeto al Emperador, Tokugawa le envió regalos y emisarios con motivo de la
celebración del Año Nuevo y a su vez, el Emperador envió a sus propios
representantes a Edo en marzo de 1701. Para recibir a los emisarios imperiales,
el Shogun nombró a dos jóvenes Daimyos (señores feudales) como anfitriones de
la Corte Imperial. Uno de estos Daimyos era Asano Takumi No Kami Naganori,
a quien se le asignó a un destacado maestro de protocolo de la corte, el
Señor Kira Kozukenosuke Yoshinaka. Éste esperaba a cambio de su labor, una
compensación económica, pero para Asano sus servicios debían entenderse como un
deber y un honor. Con el paso del tiempo, la rivalidad y las malas relaciones
crecieron entre ambos y desembocaron en un enfrentamiento en Abril de 1701.
Kira insultó a Asano públicamente, instándolo a desenvainar su espada. Asano
respondió y blandiendo su katana, hirió levemente a Kira. Asano, a consecuencia
de este hecho, fue encarcelado y llevado a juicio.
Asano, lejos de
disculparse o defenderse, declaró que se arrepentía de no haber matado a Kira.
El Shogun tomó la decisión de condenar a muerte a Asano y le ordenó realizar la
ceremonia del Seppuku (el suicidio ritual). Además, le fue confiscado todo su
patrimonio y se despojó a la familia Asano de todos sus derechos hereditarios.
Por último, Asano Daigaku, hermano del condenado, fue encarcelado.
Esta extrema
sanción produjo un gran alboroto entre los sirvientes del fallecido Daimyo,
incluidos sus más de 300 samurais. Algunos se manifestaron a favor de la
aceptación de su suerte en silencio, asumiendo su nueva condición de Ronin,
mientras que otros llamaron a la defensa armada del castillo e iniciaron una
verdadera batalla contra el gobierno central. Ôishi Kuranosuke, consejero del
clan Asano, instó a los sirvientes y samuráis a abandonar el castillo y a
luchar pacíficamente para rehabilitar el nombre de la familia Asano. También,
al mismo tiempo, indicó que debían prepararse para tomar venganza sobre Kira,
opinión que finalmente prevaleció.
En
consecuencia, un grupo de samuráis de Asano, ahora Ronins (samuráis sin señor),
planificaron su venganza con calma y paciencia, fingiendo que renunciaban a la
venganza mientras esperaban el momento adecuado. Algunos de los ronins se
emplearon como comerciantes y vendedores ambulantes, mientras que otros, como
el mismo Ôishi, fingieron haber perdido todo honor. Ôishi abandonó a su esposa
y comenzó a frecuentar en Edo las casas de mala reputación, involucrándose con
prostitutas y borrachos, y participando en peleas callejeras. El plan fue dando
resultado y Kira, que inicialmente temía una venganza, bajó la guardia. En ese
momento los Ronin se reunieron secretamente, decidiendo avanzar contra él.
Ôishi eligió a los 46 Ronin que tomarían parte en la acción, enviando al resto
con sus familias.
El 14 de
Diciembre de 1702, los 47 se vistieron con sus armaduras y tomaron sus armas.
Una vez llegaron a la mansión de Kira, se dividieron en dos grupos y atacaron a
través de las partes delantera y trasera del palacio de Kira en Edo. El asalto
fue un éxito, y aún cuando la batalla fue brutal, se consiguió el objetivo:
Kira fue encontrado oculto en la parte trasera de la mansión y de inmediato fue
llevado ante Ôishi, quien le ofreció la oportunidad de cometer suicidio ritual.
Al no responder, Ôishi decapitó a Kira con la misma daga que Asano había
utilizado en su sepukku. La cabeza de Kira fue puesta en un balde de agua y
llevada al Templo Sengaku Ji, donde yacía enterrado Asano. Poco después Ôishi
envió dos emisarios a comunicar al Shogun Tokugawa los hechos ocurridos esa
noche.
El Shogun
Tokugawa, impresionado por la lealtad de los 47 ronin, tuvo que tomar una
difícil decisión: aunque los ronin habían actuado por honor, la ley le ordenaba
sentenciar a muerte a los 47, por lo que tras muchos días de deliberaciones,
Tsunayoshi ordenó que Ôishi y sus 45 hombres fueran ejecutados como guerreros
honrados y honorables en una ceremonia ritual de Seppuku. El Ronin número 47,
el más joven, fue librado de la pena y se le permitió regresar con su familia.
El 4 de febrero de 1703, Ôishi y los otros 45 Ronin cumplieron con la orden
llevando a cabo Seppuku, Tras su muerte, fueron enterrados en el templo Sengaku
ji, junto a su señor.
La venganza de
los 47 Ronin generó diferentes opiniones ya en el período Edo, dio lugar a una
famosa obra japonesa que hoy en día sigue siendo una popular pieza de teatro
Kabuki, el teatro tradicional japonés. En la actualidad, miles de japoneses
visitan cada año la tumba de los 47 ronin en Sengaku ji para rendir homenaje a
su honor, su lealtad y su entrega al código del bushido, literalmente, “el
camino del guerrero”.
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