Es un tipo de duende del hogar en la mitología japonesa. Protege las casas y a sus
habitantes de cualquier peligro, proporcionando felicidad y prosperidad. Según
la mitología podría
ser un antepasado de la familia y se le representa como una niña de corta edad
vestida a la manera tradicional del Japón, con pelo corto y kimono.
El nombre proviene de zashiki, haciendo referencia a
un cuarto japonés típico (tatami) y de warashi, término regional arcaico
que se le da a un niño. El aspecto de éste espíritu es el de un niño de unos 5 o 6
años con el cabello ondulado y un rostro rojizo. El niño puede ser de sexo
masculino o femenino, aunque actualmente se lo considera femenino. Un Zashiki-warashi se
lo puede encontrar en casa viejas y preferentemente grandes.
Se dice que un Zashiki-warashi al habitar una
casa, trae a la residencia buena fortuna, pero si se va de allí, el lugar
declina totalmente. Para mantener a tal yokai en el hogar, éste debe
sentirse apreciado y cuidado de la misma manera en que un adulto criaría a un
niño. El Zashiki-warashi es un infante por naturaleza, propenso a
jugar de manera inofensiva pero de vez en cuando a causar alguna travesura. Puede
ser que se sienten en el asiento de un huésped, gire las almohadas de la gente
y hasta realizar sonidos similares a la música del kagura.
Dejan a veces pequeñas huellas como si fuera ceniza.
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